Friday, April 21, 2006

La era ochentera

Vivimos los primeros años del siglo XXI, y por más que busquemos no se encuentra nada que pueda dejar boquiabierto a nadie.

En los 90 fue la ya extinta (1) “Generación X”, en donde la vuelta a la democracia, al parecer produjo una alicaída juventud, que tenía como ídolos a un Kurt Cobain; sobredosis de series norteamericanas en donde el sexo (tal como los vaticinaron Los prisioneros en los 80) era el pan de cada día entre los adolescentes, un gran ejemplo lo fue “Beverly Hills 90210 o Sensación de Vivir”.

La imagen contrastaba con la de la década anterior, en los 90s lo cool era lucir descuidado, de hecho entre las mujeres comenzaba a florecer la admiración por la andrógena apariencia de Kate Moss u otras Modelos. Los actores icono de esa tribu fueron Brad Pitt, Winona Ryder, Jhonny Deep o Juliette Lewis, quienes con ese look decadente, rostros dormidos y ojerosos por los efectos de su adicción a las drogas tenían el ingrediente de la era que nació con la sociedad ya armada, o quizás en proceso de rearme. Había concluido la Guerra fría, ya no se vivía en dictadura ni con toque de queda. En ese entonces todo estaba dado para dar rienda suelta a solo disfrutar y ser rebelde por ser rebelde, ya que si había asco en torno a algo, ello era la sociedad de consumo. De la política ni hablar, lo normal era “No estar ni ahí”.

En la década del 80, la juventud estaba ahí (2) “Pateando piedras”. En medio de un complicado contexto. Se vivían los últimos años de la Guerra Fría, el país era conocido mundialmente por la triste razón de estar en dictadura. La represión hacía que numerosas bocas debiesen callar y solo murmurar con sus cercanos. Sin embargo conciente de todo aquello que ocurría a su alrededor, fueron uno de los grandes artífices de los cambios políticos y sociales que se gestarían más tarde.

De la mano de ese grupo etario, es de donde surgen expresiones alternativas y marginales, movimientos de resistencia cultural que brotan y que quieren gritar. La manera de hacerlo y encontrar una salida a todo el hostigoso clima era el crear, jugar con su look por ejemplo, de ahí el New Wave, las fiestas clandestinas y la multiplicidad de géneros y grupos musicales que se desarrollan en los más bajos suburbios. (3) “El Under” era moda, y la respuesta a los que no creían que un país en estado de sitio podía siquiera albergar en su población.

El tema de el poder de la juventud es una cuestión redundante dentro del contenido general de “La Era Ochentena”, pero a la vez necesario, ya que es imposible hablar de la década de los “Kilos de laca y maquillaje” sin nombrarlos. En la dictadura de los 80, este grupo sin duda fue uno de los grandes actores en la historia de Chile reciente.
Una perfecta narración verídica, con una sigilosa investigación, a ratos suena como si fuese una novela, a lo sobredosis o mala onda de Alberto Fuguet.

¿Quién dijo que el conocer más te hace no cometer tantos errores? A mediados de los 80, poco se conocía del sexo (4) “ahora la virginidad es una cosa medieval”, era lo que entonces se vaticinaba. Para los que ya habían experimentado el placer sexual, se exponían al SIDA y debían quizás estar asustados, tanto por la enfermedad como por las represalias de parte de algunos “instrumentos” del régimen militar. Es posible que muchos adolescentes en vías para ser joven, hayan visto el caso más cercano a sí mismos cuando se supo que el autor del tema central de la teleserie “Bellas y Audaces”, Eduardo Valenzuela, padecía del síndrome de inmunodeficiencia adquirida o un famoso actor norteamericano, que lo intentó ocultar hasta sus últimos días. Sin embargo eran pocos los casos que se conocían en ese entonces. Hoy en el siglo XXI las campañas de prevención del VIH han sido tantas, que hasta te las sabes de memoria. Van desde los spots televisivos, hasta los afiches en los paraderos de micro e incluso esos folletos que reparten en las calles, sÍ esos que pareciese que fueran los que dan los Testigos de Jehová para que el vulgo no siga cayendo en pecado. Pero entonces ¿Por qué la cifra de contagiados es de unos 32000? La información sobre la enfermedad está por todos lados, nadie la puede esquivar.

Los escolares ochentenos miraban el sexo como Adán y Eva miraban la manzana, sin embargo en su mayoría se conformaban con tiernos” besos de jumper”. Para mirar un libro de sexualidad había que vestirse de incógnito o esconderlo bajo la cama para pasar desapercibido. En ese entonces la letra de “sexo” de Los prisioneros daba y daba vueltas por las mentes púberes, todos querían probar pero no todos se atrevían. El sexo adolescente recién comenzaba a florecer tímidamente. Ni hablar del que lo hacía, debía mantenerse en el más absoluto secreto, ni que los de la CNI los descubrieran; a las chicas les ahogaba la impaciencia hasta que recibían otra vez su ya cotidiana “roja visita mensual”.

Actualmente, hemos heredado una reforma educacional del gobierno de Eduardo Frei Ruiz- Tagle y con ello una reforma en la educación sexual, desde la enseñanza básica. Hoy siquiera obtener un preservativo es imposible, ya que en los consultorios se obtienen gratis o hasta en las playas los reparte un simpático mono amarillo. No obstante, lo paradójico es que pese a todos los esfuerzos el embarazo adolescente es algo así como la tónica o la moda del nuevo siglo.

Hoy por hoy al hacer un tour por las calles, se pueden observar las diferentes tribus juveniles que dieron sus primeros pasos en los ochenta, la única diferencia es que ahora se han masificado, evolucionado y/o modernizado. ¿Seremos los herederos de la generación de los chicos de zapatillas North Star?

Es posible, porque ahora sabes que si recorres ciertos puntos estratégicos de la urbe, te encontrarás con ciertos grupos. Ejemplo: Los punks. Sentados en la vereda. Sí los mismos que escandalizan a las señoras ex calcetineras de Enrique Maluenda. Las señoras se quedan horrorizadas y se preguntan que es esa “cresta de gallo” o “escobillón gastado” que tienen en la cabeza. Un mohicano dama. “Tía nos apoya con una moneda en la más buena tela” dicen.
Llaman la atención por sus pantalones apretados, chaquetas de cuero con remaches, puntas y cadenas. Sus bototos de seguridad con cordones rojos. En cambio, hace dos décadas los punkies eran muy a la chilena: con buzo, zapatillas, calcetines blancos (a lo Michael Jackson) y el pelo teñido con spray o agua oxigenada. (5) “Nosotros estamos de acuerdo con el movimiento punk internacional, pero lo tomamos desde nuestra propia identidad”.

Chile tenía sus propios The Clash “al peo”, Unos chicos egresados del liceo 6 de San Miguel, Los Prisioneros. Ya en esos años Jorge González decía lo que quería y cuando quería, característica de su irreverencia que conservaría hasta la fecha. (6) “¿Qué quieren huevones, ¿escuchar a Led Zeppelin? ¡Eso murió hace mucho tiempo, marihuaneros, retrógrados. Son pura mierda. Despierten mierda… digno de huevones artesa!”.

El ex líder de Los Prisioneros, no ha cambiado nada. Quién vaticinaría el oráculo que más de una década después, en el siglo próximo dejaría atónitos a una multitud de periodistas con su singular vocabulario, además de botar todos los elementos de audio de la conferencia o que lanzaría unos desatinados dichos en la Teletón del año 2002. O ¿Quién pensaría que ese chico que interpretaba “¿Por qué no se van del país?” se iría en un par de años a gozar de su estatus de “Rock Star” a Estados Unidos?

A mediados de los 80, en el país se vivían los primeros años del nuevo modelo económico; algo importantísimo porque el país se estaba tirando a la piscina al ser el primero en ensayar y/o implantar el Sistema Neoliberal, que incluía al nuevo sistema Previsional y de Pensiones, mediante las Isapres y AFP respectivamente. Pinochet impulsaba el (7) “Capitalismo Popular” mientras los Chicago Boys se acomodaban para quedarse. Paralelamente en el mundo seguía la bipolaridad. Estados Unidos por un lado, luchando por mantener una hegemonía y La URSS ya comenzaba a idear tímidamente su gran giro, “La Perestroika” mediante su gestor Michael Gorbachov. Ya no existían ni Indochina (Vietnam), Corea, Turquía. El ambiente parecía tranquilo, pero el mundo entero todavía vivía en incertidumbre. De las dos potencias dependía el mundo.

En el aspecto musical, El punk inglés llegaba con algunos años de retraso. ¿Será por nuestra ubicación geográfica, el último lugar del mundo? En cambio el (8) New Wave llegaba casi de forma simultánea que en los países de habla inglesa. Lo paradójico de esto último es que a pesar de los pocos medios de difusión para ese estilo, debido a que todavía no existía el TV cable y los programas de música de la época se hacían casi de manera artesanal, por ejemplo consiguiéndose los videos de esos lejanos artistas, el movimiento fue bastante masivo.


por la estética y el uso de sintetizadores en la música.

En orden de aparición, el punk irrumpió a finales de los 70 en Inglaterra, siendo el año 77 “el” año del movimiento, hacia 1979 la moda punk se extinguía poco a poco para dar paso a la década de los 80. Nacía el New Wave y con ello nuevas tecnologías como los sintetizadores, para dar rienda suelta a todo el pop que clamaba por una oportunidad. Caso aparte fue la reivindicación del Rock en la segunda mitad de período, con el llamado Hard Rock.

La banda pionera en el rubro punkie fueron sin duda los Sex Pistols, un grupo que tuvo más éxito por su actitud anárquica que por su calidad musical (sonaban muy mal y sus integrantes apenas si manejaban sus instrumentos), luego vendrían los Damned, The Clash y la respuesta norteamericana, The Ramones.

En tanto que en el New Wave destacaban, The Smiths, Depeche Mode, Duran Duran entre otros, los cuales eran también catalogados de (9) “New Romantic”.

En Chile ambos estilos musicales, tenían sus representantes criollos. Mientras en el punk el género comenzaba a salir a la luz con Pinochet Boys, quienes si bien se autodenominaban punkies, no eran anarcos en extremo como la verde y podrida dentadura del vocalista de los Sex Pistols. En cuanto a drogas se refiere, los chicos nacionales admiraban a Sid Vicious, no precisamente por sus cualidades como bajista sino que lo que proyecta, la imagen de un perfecto ser desadaptado, rebelde, drogadicto y sadomasoquista. Los chicos de Pinochet en vez de fumar marihuana como Sid, se drogaban con Neopren. Cualquier cosa era válida. A lo sumo, Pinochet Boys no provenían de estratos tan bajos de la población, como era común en la tendencia inglesa, sino que eran más bien de la clase media o más de alguno miembro del ABC1.

Los grupos punk norteamericanos o británicos daban la vuelta al mundo con su esquema musical básico de guitarra, bajo y batería. En cambio los punkies nacionales apenas eran conocidos en el ambiente o muchas veces no tenían instrumentos propios y debían ingeniárselas para tocar cualquier cosa que pareciese punk como lo eran “Los Dadá”.

Hace unos 20 años, las tocatas punkies se realizaban generalmente incluidas dentro del Menú de las fiestas del “Trolley” o Matucana 19. Hoy las calles se llenan de afiches promocionando tocatas, que te obligan a ignorar a uno u otra. Lo que más hay son grupos musicales y espacios donde tocar para el público seguidor.

Sin embargo el poco apoyo a la música nacional es una herencia ochentera. Son muy pocos los grupos que deben ser muy “pop” para tener un contrato con una disquera multinacional.

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A mediados de la década inundada por el New Wave, Carlos Fonseca- famoso por ser el manager de Los Prisioneros- intentó despertar y/o difundir la música criolla. Algunos intentos dieron una cosecha aceptable, pero que no perduró en el tiempo. Fue el caso de Cinema, Upa!, Electrodomésticos, Aparato Raro, Emociones Clandestinas.

En la última década del siglo XX, EMI quiso quizás emular al “ex cuarto prisionero” tratando de apadrinar a grupos como Pánico, Los Tetas, Lucybell etc. Sólo los últimos sobrevivieron a seguir siendo preferidos por la compañía. Los otros disfrutaron poco de estar en un sello grande, ya que debido a las mediocres ventas EMI no quiso arriesgar más.

En las protestas del año 83 y 84, los “jovencitos” fueron grandes protagonistas de desmanes y comidillo en los medios. Existían dos tribus distintas, por un lado los “sub-proletarios” (provenientes de poblaciones) y por otro lado los ilustrados (universitarios). Cada uno participaba de los verdaderos “rings” con sus propios métodos. ¿Tendremos hoy algo de eso?

Los primeros eran algo así como un (10) “Baile de los que sobran”. Se hicieron escuchar, mediante la forma violenta en los barrios en que vivían, debido a las precarias condiciones con las que debían convivir a diario. Las manifestaciones eran bastante artesanales; manos, pedradas a policías y micros, rallados de muros con frases anti-régimen, materiales de construcción, leña, etc. Por esos años solían gritar (11) “Morir Luchando, de hambre ni cagando”. Esta tribu eran los impulsores, organizadores y jefes de esas acciones, ya que contaban con mayor fuerza que los adultos, por ejemplo al correr y apedrear. La idea era que los adultos participaran más de sus ocurrencias, por eso era común el escuchar en las calles de la periferia (12) “Obrero cesante, tu hijo tiene hambre”

Los estudiantes universitarios habían estado un tanto dormidos durante los primeros ocho años de la Dictadura Militar, pero cuando se produjo la crisis económica del ’82, invocaron a sus antecesores que habían logrado importantes reformas durante los años 67 y 68, durante el gobierno del Eduardo Frei Montalva.

La diferencia entre ambas juventudes radicaba en que los intelectuales tenían argumentos más claros y profundos. Mientras que sus pares provenientes de sectores populares no sabían exactamente la razón de su accionar, sólo se hablaba de hacer la revolución contra el orden imperante.

En la actualidad cuando hay desacuerdo con respecto a algún tema o accionar del gobierno, las protestas se llevan a cabo, argumentando que se vive en “Democracia
A mediados de la década inundada por el New Wave, Carlos Fonseca- famoso por ser el manager de Los Prisioneros- intentó despertar y/o difundir la música criolla. Algunos intentos dieron una cosecha aceptable, pero que no perduró en el tiempo. Fue el caso de Cinema, Upa!, Electrodomésticos, Aparato Raro, Emociones Clandestinas.

En la última década del siglo XX, EMI quiso quizás emular al “ex cuarto prisionero” tratando de apadrinar a grupos como Pánico, Los Tetas, Lucybell etc. Sólo los últimos sobrevivieron a seguir siendo preferidos por la compañía. Los otros disfrutaron poco de estar en un sello grande, ya que debido a las mediocres ventas EMI no quiso arriesgar más.

En las protestas del año 83 y 84, los “jovencitos” fueron grandes protagonistas de desmanes y comidillo en los medios. Existían dos tribus distintas, por un lado los “sub-proletarios” (provenientes de poblaciones) y por otro lado los ilustrados (universitarios). Cada uno participaba de los verdaderos “rings” con sus propios métodos. ¿Tendremos hoy algo de eso?

Los primeros eran algo así como un (10) “Baile de los que sobran”. Se hicieron escuchar, mediante la forma violenta en los barrios en que vivían, debido a las precarias condiciones con las que debían convivir a diario. Las manifestaciones eran bastante artesanales; manos, pedradas a policías y micros, rallados de muros con frases anti-régimen, materiales de construcción, leña, etc. Por esos años solían gritar (11) “Morir Luchando, de hambre ni cagando”. Esta tribu eran los impulsores, organizadores y jefes de esas acciones, ya que contaban con mayor fuerza que los adultos, por ejemplo al correr y apedrear. La idea era que los adultos participaran más de sus ocurrencias, por eso era común el escuchar en las calles de la periferia (12) “Obrero cesante, tu hijo tiene hambre”

Los estudiantes universitarios habían estado un tanto dormidos durante los primeros ocho años de la Dictadura Militar, pero cuando se produjo la crisis económica del ’82, invocaron a sus antecesores que habían logrado importantes reformas durante los años 67 y 68, durante el gobierno del Eduardo Frei Montalva.

La diferencia entre ambas juventudes radicaba en que los intelectuales tenían argumentos más claros y profundos. Mientras que sus pares provenientes de sectores populares no sabían exactamente la razón de su accionar, sólo se hablaba de hacer la revolución contra el orden imperante.

En la actualidad cuando hay desacuerdo con respecto a algún tema o accionar del gobierno, las protestas se llevan a cabo, argumentando que se vive en “Democracia
aparentaran ser”modelitos”; Las chicas con apariencia digna del Miss 17(aunque el concurso de la revista nació el ’89); Varones aparentando ser todos unos príncipes.

Escuchaban y escuchan música, en su mayoría música extranjera y compraban- en el extranjero- y compran discos que no cualquier muchacho de su edad podía o puede tener acceso (la manera más fácil es “piratearlos”). Eran de los pocos que usaban y usan los inalcanzables y deseados jeans “Levis” o “Wrangler” (hoy son masivos en las tiendas). Estudiaban y estudian en los mejores colegios de la urbe, en donde son educados para hablar un perfecto inglés.

Por supuesto que esos púberes jamás estuvieron o están involucrados en protestas, ya que a la mayoría no le interesaba o interesa la política, aunque muchos eran hijos de empresarios u oficiales del ejército. Vivían y viven ajenos de la política, represión y no diversión, porque siempre se las arreglaban para mantener sonriente a los dueños de locales nocturnos, a cambio de unos cuantos billetes.

(15) “El Juancho’s es el local de los elegidos, el de la juventud dorada, como dice la Luisa, que nunca viene por aquí. No cualquiera tiene acceso, eso es ver dad. Hay un guardia a la entrada para cuidar que todos los que ingresan sean G.U.C, gente que todos ubican. Antes pensaba que era un suerte ingresar al Juancho’s, si analizamos mi edad y mi status de colegial, pero el Toro, que es el dueño, cree en los cheques a fecha y no tiene problemas en que mis amigos y yo vengamos. Sabe además que, con tal de figurar, la pendejada paga lo que sea. Y es verdad. Los menores de dieciocho, pre PAA, pre-licencia para conducir que venimos aquí, lo que yo más conozco, huevotes que cacho del Country o de Reñaca”

Los que vivimos en el Siglo XXI seguramente sufrimos del “Síndrome de los abuelitos” al basar el presente con el pasado. ¿Será porque nuestra pirámide poblacional tiene una tendencia senil?

A falta de cosas novedosas, debido a que la globalización nos ha mostrado casi todo, nadie se sorprende con nada. En 1990 un desaliñado y loco Mike Paton junto a su grupo, Faith No More dejaba atónitos a toda la “cultura popular cebolla” asistente al festival de Viña del Mar. Pero hoy ¿Qué nos podría producir lo mismo? Se debe tomar en cuenta que no ha habido terremotos ni cometas Halley.


1 comment:

Anonymous said...

eee
ya caxe como comentar :D
na po un gusto hablar con tigo consas grungeras xd
y solo una cosa po
trankilidad con la mente k muchas veces nso juega shueco :S
jaja
ya filo
wath ever
saludos
aios
:P